Los coordinadores de esta mesa de trabajo fueron: Miguel Ángel González Fustegueras (Arquitecto y Urbanista), Indalecio de la Lastra Valdor (Ingeniero de Caminos Canales y Puertos) e Ignacio Rodríguez Muñoz (Confederación Hidrográfica del Duero. Comisario de Aguas).
Los participantes fueron: J. Alcántara, J. Azcona, A. Figueroa, J. C. García Cordón, A. Gracia, J. López Martos, B. Mora Navarro, L. del Moral, R. Guzmán, J. Roig, A. Socarrera, J. M. Ureña Francés, I. Vizcaíno Álvarez, F. Zoido Naranjo.
El documento generado puede descargarse en este enlace : mesa de trabajo urbanismo y sus efectos sobre el río.
Las principales conclusiones de la mesa de trabajo fueron las siguientes:
1. En los últimos años la desmesurada expansión urbanística ha representado una fuerte presión en los ríos españoles y originado un gran deterioro en los mismos, restringiendo su espacio de movilidad, su dinámica y el potencial de regeneración natural de su estructura biológica.
2. Las medidas disponibles por las administraciones no han sido suficientes para controlar las invasiones del dominio público hidráulico, los cambios morfológicos de los ríos y la alteración de la topografía de las llanuras de inundación, y la ciudadanía ha percibido estas actuaciones como inevitables, habiéndose perdido gran parte del patrimonio natural de muchas regiones y agravado el riesgo hidrológico de las inundaciones.
3. Muchas intervenciones realizadas en los ríos que han representado la degradación de su estado ecológico se han realizado para paliar las deficiencias de la planificación urbanística, y ha existido una descoordinación entre los diferentes Organismos de la administración del dominio público hidráulico y los responsables de la planificación urbanística y territorial.
4. Existe un desequilibrio entre la capacidad que tienen los ayuntamientos para modificar el territorio y el funcionamiento de los ríos a través del desarrollo urbanístico, y su protagonismo o capacidad de decisión en el planeamiento de infraestructuras territoriales, en la coordinación hidrológica, o en las estrategias de conservación de los espacios naturales. En la práctica no existen mecanismos de evaluación estratégica que valoren de forma adecuada el impacto acumulado de la actuación de cada ayuntamiento a escala regional o nacional.
5. Los planes generales municipales de ordenación urbanística deben establecer tipologías edificatorias compatibles con la dinámica natural de los ríos existentes, y deben respetar los espacios fluviales como elementos ambientales y paisajísticos de las ciudades de máximo valor e interés de conservación, encontrando en ellos una estructura que mejora el microclima de la ciudad, un espacio privilegiado para las actividades de ocio y recreo, y un corredor natural que conecta los centros urbanos con las zonas verdes periurbanas, y estas últimas con zonas de cabecera de mayor naturalidad.
6. Por último, se ha de tener en cuenta que la ordenación de los espacios fluviales de las ciudades y sus crecimientos debe dejar de ser un tema exclusivamente hidráulico o de desarrollo del espacio edificado, para condicionarse a estrategias de ordenación y la conservación del medio natural, tanto en el medio urbano, como en el periurbano y rural.