Siglo XIX
La Interpretación del Patrimonio (IP) nació y se fue desarrollando desde finales del s. XIX en las primeras actividades guiadas para visitantes de los parques y reservas de Estados Unidos.
La primera persona que utilizo el término fue John Muir en 1871 con el verbo “interpretar”, usándolo como el “entendimiento” para “penetrar” en los secretos de la naturaleza mediante un contacto directo y cercano.
“…interpretar significa escuchar, observar, penetrar y aprender los secretos de lo salvaje, apropiándose del sentido más profundo de la vida”.
Desde este punto de vista se cumplían todas las premisas para establecer las bases conceptuales de la interpretación del patrimonio natural, primero, y englobando el patrimonio natural y cultural, después.
Otra persona relevante dentro del incipiente campo de la IP fue Enos A. Mills, que es considerado un pionero en lo que él mismo denominó y calificó como el arte de guiar en la naturaleza.
En 1889, en California, tuvo un encuentro casual con John Muir que le sugirió escribir sus experiencias en contacto con la naturaleza. En sus obras destaca su talento como intérprete de la naturaleza además de como narrador de historias.
En sus escritos se pueden encontrar claramente los rasgos de una práctica emergente (la interpretación ambiental) y de una nueva figura profesional (guía de naturaleza) que necesitaban ser especialmente formadas y entrenadas.
Siglo XX
En 1901, Mills adquirió un rancho en Longs Peak Valley para transformarlo en hotel y lo convirtió en una base de operaciones desde el que daba la bienvenida a los visitantes, lugar de partida para paseos en la naturaleza para adultos y público infantil y un lugar donde se impartían clases nocturnas y cursos de formación donde transmitía su método a futuros guías ambientales. Dicho método interpretativo se basaba, fundamentalmente, en la capacidad de la persona guía para transformar los datos y hechos científicos en una historia narrativa y biográfica con la capacidad de ofrecer una aventura maravillosa.
Con el cambio de siglo, desde el gobierno de los EE. UU. se vio la necesidad de ofrecer a las personas visitantes un producto más planificado y estudiado.
En 1911, desde el Departamento de Interior se pide a los representantes de los parques más representativos material para realizar unos manuales con información básica acerca de los parques para promover su visita.
Poco a poco se observó que era indispensable crear un departamento que se encargase personalmente de la custodia y administración de los parques.
Nace así en 1917 el Servicio de Parques Naturales (Natural Park Service - NPS), se organiza en el año 1918 el Comité Nacional de Parques para la Educación y en 1919 la Asociación de Parques Naturales, con el propósito de interpretar las ciencias naturales, y fomentar el estudio de la historia popular y el folklore de esos lugares.
Todo ello fue la puesta en marcha de una maravillosa puesta en valor del patrimonio natural y cultural a través de la interpretación en los EE. UU.
En 1922 se inaugura el museo del Parque Nacional de Yosemite, destinado a la historia, geología, etnología, historia natural y botánica del Parque. A raíz del cual se animó a los diferentes responsables a abrir nuevos museos en los principales parques del país para ayudar al estudio y a la educación del público visitante.
Se fueron incorporando, además, actividades como conferencias, visitas guiadas, exposiciones, publicaciones, etc., que hicieron necesaria la formación de guías en materia de interpretación, de manera que se creó un curso de siete semanas de duración que gozó de gran prestigio, con la intención de formar a los futuros guías.
En la década de 1950, el Servicio de Parques Nacionales realizó un enorme esfuerzo en instruir a su personal en las técnicas de la IP, haciendo hincapié en la mejora de las presentaciones orales y el uso de nuevos equipos de audio, y publicando entre 1953 y 1956 cuatro folletos sobre técnicas interpretativas.
En 1954 el Servicio de Parques Nacionales le encarga a Freeman Tilden la misión de reevaluar los principios básicos que subyacen en los programas de interpretación de los parques nacionales.
Nace así, en el año 1957, el libro Interpreting our Heritage, publicado por la Universidad de Carolina del Norte. Esta publicación sentó las bases de la IP elaborando los seis principios fundamentales sobre los que se asienta toda la teoría de la Interpretación del Patrimonio. Un libro que sigue siendo, aún hoy en día, el pilar de la IP y en el que las personas que nos dedicamos a la interpretación seguimos buscando repuestas a nuestras preguntas.
Tilden comenzó a hacerse familiar para las personas trabajadoras de los parques y sitios históricos, y la disciplina de la IP comenzó a tomar cuerpo teórico.
El autor siguió trabajando como asesor del Servicio de Parques Naturales e impartió numerosas conferencias hasta bien entrados los años setenta del s. XX.
A partir de 1973, Don Aldridge, considerado como el principal impulsor de la interpretación en el ámbito europeo, recogiendo en el Reino Unido el legado de Tilden, refleja en sus trabajos la importancia de la IP en las tareas comunicativas del patrimonio. Su pelea fue conseguir que quedara muy claro que la interpretación servía para “revelar el significado de un sitio”, destacando que la interpretación era algo que sucedía “entre las dos orejas” (o sea, dentro de la cabeza del visitante)
En 1980, William J. Lewis escribe Interpreting for Park Visitors, que es una actualización de los manuales de capacitación en interpretación del Servicio de Parques Nacionales, cubre los principios básicos de interpretación, la interfaz entre el parque y quienes lo visitan, y las aplicaciones específicas de esos principios. Incluye charlas y demostraciones, caminatas… y presenta su concepto de “tema interpretativo”.
En 1985 se produce el Primer Congreso Mundial de Interpretación del Patrimonio en Banff (Canadá), donde se comienza a hacer referencia a la Interpretación del Patrimonio, una denominación menos excluyente que la hasta entonces utilizada, que era el término de Interpretación Ambiental.
En 1992 se publica el “Manual para la interpretación ambiental en áreas silvestres protegidas” escrito por Jorge Morales Miranda. Una exhaustiva revisión bibliográfica, cuyo fruto fue el documento de referencia para el Taller de Interpretación Ambiental en Áreas Silvestres Protegidas, organizado por la FAO en Chile en 1988.
En 1992 sale también el libro “Interpretación ambiental. Una guía práctica para gente con grandes ideas y presupuestos pequeños”, de Sam Ham. En él explica los procesos psicológicos que subyacen en los encuentros interpretativos, así como las cuatro cualidades que distinguen a la interpretación de otros tipos de comunicación: Amena, Relevante, Organizada y Temática (AROT).
En 1995 nace la Asociación para la Interpretación del Patrimonio, teniendo como acto de presentación el IV Congreso Mundial de Interpretación del Patrimonio, celebrado en Barcelona en marzo de ese mismo año.
En 1996 se inaugura el “Programa de Desarrollo Interpretativo” en el Mather Training Center, a partir del cual todo el enfoque de la interpretación se centrará en el desarrollo de los tres pilares de la interpretación: conocimiento del recurso, conocimiento de la audiencia y el uso de las técnicas adecuadas.
En 1998 Jorge Morales Miranda publica la “Guía práctica para la interpretación del patrimonio: el arte de acercar el legado natural y cultural al público visitante”. Es una revisión amplia sobre la IP, enfocada al ámbito español. Desarrolla una definición, unos objetivos, recomendaciones para medios interpretativos y la planificación interpretativa.
En junio de 1999 se publica el “Boletín de Interpretación” nº1 de la Asociación para la Interpretación del Patrimonio, siendo desde aquel entonces una publicación de referencia en el que se publican artículos y documentos relevantes para el desarrollo de esta disciplina y para promover la mejora de la labor de los profesionales dedicados al arte de la divulgación del patrimonio. Es una publicación abierta a la colaboración de las personas interesadas en aportar sus experiencias en relación con cualquiera de los aspectos de la interpretación del patrimonio.
Siglo XXI
En el año 2006 se constituye el Seminario de Interpretación del Patrimonio Natural y Cultural (SEMIP) que se desarrolla anualmente en las instalaciones del CENEAM, para crear un foro de reflexión interdisciplinar sobre la práctica en materia de Interpretación del Patrimonio como instrumento de comunicación y gestión; para promover el análisis de experiencias relevantes y representativas que puedan contribuir a establecer un diagnóstico claro de cómo se aplican los principios de la Interpretación del Patrimonio; para contribuir a la definición de criterios de buenas prácticas tanto en los procesos de toma de decisiones como en los trabajos técnicos de Interpretación del Patrimonio; y para elaborar documentos técnicos de referencia para la buena práctica de la Interpretación del Patrimonio.
En el mismo año la AIP edita en castellano el libro “La interpretación de nuestro patrimonio” de Freeman Tilden.
En el año 2014 en inglés y en el 2015 en castellano, Sam Ham publica el libro “Interpretación: Para marcar la diferencia intencionadamente”, en él se fundamenta en los recientes avances de la investigación en comunicación para desvelar la fresca y estimulante perspectiva del objetivo último de interpretación, que guiará a los intérpretes de todas partes a nuevas y profundas vías para marcar la diferencia de forma intencionada en el desempeño de su trabajo. Se ofrecen unos principios novedosos acerca del diseño, planificación y ejecución de encuentros interpretativos temáticos, algunos de los cuales desafían viejas formas de pensar y señalan nuevas posibilidades creativas.
En el año 2022, se publica en el BOE la Cualificación Profesional "Prospección de bienes de interés patrimonial" tras un intenso trabajo entre personas del Seminario de Interpretación del Patrimonio (con el apoyo de la Asociación de Interpretación del Patrimonio) y personal técnico del Instituto Nacional de las Cualificaciones (INCUAL). Con la publicación se establecen las unidades de competencia básicas para el desarrollo de la profesión de Intérprete del Patrimonio y la formación necesaria para adquirirlas.
Aldridge, D. 1975. Guide to Countryside Interpretation, Part I: Principles of Countryside Interpretation and Interpretive Planning. HMSO for Countryside Commission and Countryside Commission for Scotland.
Brunelli, Marta. 2019. Número monográfico: De las actividades guiadas, a la interpretación de
la naturaleza en los Estados Unidos (1872-1920). Los orígenes de la práctica profesional de la interpretación del patrimonio: entre la protección y la educación. Boletín de Interpretación 40: 9-41.
Fernández Balboa, Carlos (coord.). La interpretación del patrimonio en la Argentina: estrategias para conservar y comunicar bienes naturales y culturales. Primera edición. Buenos Aires: Administración de Parques Nacionales.
Ham, S.H. 1992. Interpretación Ambiental, Una Guía Práctica. North American Press, Colorado.
Ham, S.H. 2014. Interpretación – Para marcar la diferencia intencionadamente. Edita: Asociación para la Interpretación del Patrimonio, España.
Lewis, William J. 1981. Interpreting for Park Visitors. 2nd ed.; Eastern National Park and Monuments Association. USA.
Morales, J. 1992. Manual para la Interpretación Ambiental en Áreas Silvestres Protegidas. Proyecto FAO/PNUMA. Documento Técnico N.º 8. Ofi cina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. FP-6105-85-01. Santiago, Chile.
Morales, Jorge. 1998. Guía Práctica para la Interpretación del Patrimonio - El Arte de Acercar el Legado Natural y Cultural al Público Visitante. Consejería de Cultura (Junta de Andalucía), y TRAGSA.
Morales, J.: Guerra; F.J.; Serantes, A. 2009. Bases para la Definición de Competencias en Interpretación del Patrimonio. Fundamentos teóricos y metodológicos para definir las Competencias Profesionales de Especialistas en Interpretación del Patrimonio en España.
Tilden, Freeman. 1957. Interpreting Our Heritage. The University of North Carolina Press, Chapel Hill.
Tilden, F. 2006. La interpretación de nuestro patrimonio. Asociación para la Interpretación del Patrimonio (Ed.), Sevilla. Primera edición en castellano.