Célebre por haber estado a punto de convertirse en campo de tiro, este parque refugio de grandes rapaces, cigüeñas negras y otras muchas especies en peligro de extinción es hoy uno de los rincones protegidos más valiosos de los Montes de Toledo, comarca situada en la submeseta meridional, en pleno centro de España, en las provincias de Ciudad Real y Toledo.
La historia reciente de este Parque Nacional arranca en junio de 1987, fecha en la que el Ministerio de Defensa compró la finca, situada en pleno corazón de los Montes de Toledo y con una extensión de unas 16.000 hectáreas. En un primer momento, se pretendió instalar en la zona un campo de tiro. Esta demanda concitó protestas de vecinos y de organizaciones ecologistas de toda España. Ellos, junto con un importante movimiento ciudadano, consiguieron la paralización del proyecto. Poco después, el 11 de julio de 1988, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha declaró a la finca de Cabañeros Parque Natural. El 28 de abril de 1995, las Cortes aprueban un proyecto del gobierno por el cual la finca de Cabañeros y parte de su entorno, con una extensión superior a las 40.000 hectáreas, es declarada Parque Nacional.
Esto supone para la comarca de los Montes de Toledo una de las medidas de mayor trascendencia puesto que su emplazamiento geográfico se hace en una zona que históricamente se había venido caracterizando por su despoblamiento y abandono secular.
El plan de ordenación afecta a 90.611, hectáreas, e incluye a dos poblaciones enclavadas en la provincia de Toledo, Los Navalucillos y Hontanar y a cuatro situadas en Ciudad Real: Horcajo de los Montes, Retuerta del Bullaque, Alcoba de los Montes y Navas de Estena. No obstante esta división administrativa no debe ocultar que todos ellos pertenecen a una misma comarca natural, los Montes de Toledo.