Seminario Permanente sobre Participación y Educación Ambiental

Algunas ideas sobre lo que mueve a las personas a implicarse en proyectos colectivos y sobre cómo promover las ganas de participar (Año 2001)

En el contexto del Seminario Permanente de Participación y Educación Ambiental se trabajó el tema de las motivaciones de las personas para participar en proyectos colectivos de intervención ambiental. Tratamos de desentrañar cuáles son las posibles razones que impulsan a la gente a la participación y, desde una mejor comprensión de este tema, identificar métodos para promoverla.

El método para la reflexión

 

Para ayudar a iniciar la reflexión, hemos utilizado el siguiente método: a partir de seis supuestos de participación de seis personas en diversos proyectos o actividades, hemos tratado de imaginar, separados en grupos, las razones posibles que han animado a cada una de ellas a implicarse.

He aquí los diferentes escenarios supuestos de participación:

¿Por qué participan estas personas?

 

María Fernández participa en un programa de anillamiento de flamencos en Doñana.
Juan Sobrino forma parte de una mesa de debate para la elaboración de un plan provincial de residuos.
Josep Ferris presenta una alegación al proyecto de trazado de una autovía en Tarragona.
Pilar Bustos participa en la plataforma ciudadana contra la instalación de una central térmica en Tordesillas.
Manolo Pereira, profesor de música, se integra en un programa municipal de participación escolar.
Esperanza Machado acude el domingo a la realización de un mural colectivo en una tapia de su barrio.

Y aquí está el resultado de nuestro ejercicio de fantasía en torno a las razones para la acción de los seis individuos:

 

Tabla Algunas razones para participar según los escenarios supuestos
Algunas razones para participar según los escenarios supuestos123456
Por azarXX
Para conocer genteXXXXXX
Interés profesionalXXXX
Acompaña a amigos + presión socialXXXX
Formación personal (currículum)XXXX
Conciencia ambientalXXXX
Por facilitación del promotorXX
Se ha enteradoX
Interés por el contacto con la naturalezaX
Seducción por la propagandaX
Afección directa (ambiental, salud) + sensibilización ante un desastreXXXXX
Ocupar el tiempo libreXX
Incentivos (le dan una camiseta, viaje,...)XX
Tradición familiarX
Interés en el cambio socialX
Por prestigioX
Por oposición sistemáticaX
CuriosidadXX
Pertenece a una organizaciónXX
Razones afectivasXX
Por promocionarse, liderazgo, protagonismoXXXX
Intereses ocultosXX
IdeologíaX
Alicientes, ilusiónX
Un pronto, un impulsoXX
Necesidad de dejar huella, trascenderX
Gusto por la actividadX
Contribución a la mejora del espacioX
EvasiónX
Control socialX
Necesidad de distinguirse, afirmarseX
TerapiaX
Colaborar, echar una manoX

Una pequeña clasificación de motivaciones

Para tratar de clarificar y entender mejor el batiburrillo de posibles motivos que han surgido a partir del ejercicio, intentamos una clasificación de los mismos y elaboramos esta colección de pares de motivaciones:

 

EXPLíCITAS OCULTAS
CONSCIENTES INCONSCIENTES
LIGADAS AL INTERÉS PERSONAL LIGADAS AL INTERÉS COLECTIVO
COMPATIBLES CON EL PROCESO DE PARTICIPACIÓN INCOMPATIBLES CON (o distorsionantes de) EL PROCESO DE PARTICIPACIÓN
LIGADAS A LA CONSECUCIÓN DE UN BENEFICIO LIGADAS A EVITAR UN PERJUICIO
BASADAS EN EL INTERES POR EL RESULTADO BASADAS EN EL INTERÉS POR EL PROCESO
PROACTIVAS (la iniciativa parte de la voluntad de hacer una aportación positiva) REACTIVAS (la participación es fruto de la reacción a un hecho negativo)
INTERNAS (el impulso para la participación es interno) EXTERNAS (la motivación está creada/alimentada por incentivos externos)
LIGADAS A LAS NECESIDADES AFECTIVAS-RELACIONALES LIGADAS A LAS NECESIDADES DE ACCION-TRANSFORMACION
EXPLíCITAS OCULTAS

Nuestras reflexiones sobre las motivaciones y los procesos de participación

 

  • Las motivaciones son las razones que impulsan a las personas a moverse y actuar. Son, en buena medida, motores para la acción y es interesante conocerlas. Para el trabajo común, sería muy útil desvelar y poner en claro cuáles son los intereses reales, los motivos que están detrás de la implicación de las personas en los proyectos colectivos.
  • Estando de acuerdo en lo anterior, surge el problema de que no siempre las personas pueden identificar exactamente sus motivaciones; quizá algunas de ellas no están claras para el propio individuo o responden a un impulso que no se ha racionalizado (aquellas películas de Rodríguez de la Fuente de mi infancia me dejaron una impronta tal que, de repente, planifico mis vacaciones como voluntaria en un centro de recuperación de rapaces).
  • En otros casos, los motivos no son "confesables", es decir responden a intereses ajenos o incluso incompatibles con los del proyecto colectivo (quiero influir en una decisión que afecta a la urbanización de una zona por intereses económicos sobre la misma), o sencillamente no se consideran suficientemente serios o apropiados como para compartirlos con los demás (me siento solo; me gusta mucho el promotor del proyecto y veo una oportunidad de acercamiento).
  • Con todo, queremos destacar que, siempre que sea posible, el trabajo del grupo se verá favorecido si las personas que están implicadas exponen con claridad las razones que les mueven y existe un fondo común de motivaciones compartidas.
  • Las motivaciones suelen ser múltiples, tanto las personas como los grupos tienen habitualmente razones diversas para actuar. De entre ese abanico de motivos, habrá algunos que resulten más interesantes en relación con los objetivos del proyecto -y convendrá potenciarlos- y otros que no aporten nada, incluso que distorsionen o entren en colisión con ellos. De hecho, hay motivaciones que pueden llegar a ser incompatibles con los objetivos del proyecto y que se ponen de manifiesto como "ruidos", molestias u obstáculos en el proceso de participación colectivo (probablemente hemos tenido alguna experiencia con personas cuyo excesivo afán de protagonismo o necesidad de "ser alguien" supone un continuo obstáculo a la dinámica del grupo).
  • Los motivos de la gente cambian, evolucionan, son susceptibles de "madurar" a partir del propio proceso de participación, de manera que no hay porqué desanimarse si como punto de partida nos encontramos con un abanico de motivaciones diferentes a las que desearíamos. De este modo, se pueden aprovechar las motivaciones iniciales, que puedan estar principalmente vinculadas a intereses más personales (búsqueda de relaciones, de formación...), y tratar de satisfacerlas al tiempo que se hacen evolucionar hacia otras más vinculadas con intereses colectivos o del proyecto (un buen ejemplo puede ser el de los proyectos de voluntariado ambiental, que tienen un atractivo especial para muchos jóvenes, relacionado con el placer del ejercicio físico o el contacto con lugares de especial belleza, pero que funcionan además como proceso educativo y consiguen un beneficio para el medio o la comunidad). Esta fórmula es más inteligente que la de crear atmósferas de trabajo en las que sólo se reconocen y aceptan determinadas motivaciones "de alta calidad", lo que puede llevar a mucha gente a inhibirse de la participación y a impedir esa evolución de la que hemos hablado (los problemas de renovación generacional de ciertos grupos ecologistas, por ejemplo, pueden tener relación con este hecho).

Ideas para favorecer el proceso de participación a partir de las motivaciones

 

Ahora que creemos saber algo más acerca de las posibles razones para la participación, nos planteamos cómo podemos utilizar este conocimiento para fomentar la implicación de las personas que pertenecen al sector no organizado o no comprometido en proyectos colectivos.

Constatamos, como una primera dificultad, el hecho de que llamamos participación a cosas muy diferentes: opinar sobre algo, colaborar puntualmente en una actividad organizada por terceros, trabajar en procesos de largo plazo de creación de alternativas, etc.

Es evidente que fomentar la participación presenta grados de dificultad diversos, en función del tipo de proceso al que nos estemos refiriendo. Es decir, los contextos de la participación son aspectos muy relevantes -incluso condicionantes- a la hora de valorar los obstáculos y las posibilidades. Existen contextos hostiles y contextos favorecedores de la participación.

De hecho, en el fenómeno de la participación entran en juego tres elementos fundamentales:

  • Las PERSONAS, con sus motivaciones particulares.
  • Los ESCENARIOS, los contextos o situaciones en los que se desarrolla el proceso.
  • Los MEDIOS, que son recursos, herramientas, puentes, que facilitan la participación.

Con esta realidad de fondo, podemos dar un paso adelante y reflexionar sobre estrategias para estimular la voluntad de participación, es decir, para actuar sobre la motivación de las personas. Éstas son algunas de las ideas que el debate ha aportado:

 

  1. Existen vías distintas de llegar a la gente, dada la diversidad de motivaciones posibles.
  2. Es muy útil hacer un trabajo previo de investigación de posibles motivaciones para la acción entre la población a la que queremos implicar. Ésta es una labor de escucha, a partir de la cual puede conocerse mejor el contexto de trabajo, los posibles conflictos, las posibilidades.
  3. Hay que considerar que los sectores "sensibilizados" (por ejemplo, la población afectada por un proyecto de instalación de una planta de residuos) pueden reaccionar muy bien simplemente a la aportación de información. Los "profesionales" pueden necesitar ver una vinculación clara con sus intereses (agricultores y ganaderos respecto a un plan de declaración de espacio protegido). Aquellos sectores no especialmente sensibilizados ni afectados necesitarán estímulos diferentes, tendrán que identificar objetivos comunes con sus intereses dentro de los proyectos de participación (por ejemplo, una oportunidad de formación que pueda resultarles útil).
  4. Una estrategia interesante es dirigirse a sectores diana -los ya motivados, interesados, los más accesibles- que puedan servir de amplificadores. Si se atiende de forma especial a este sector, por ejemplo mediante su formación específica, se logra el doble objetivo de conseguir agentes multiplicadores, a la vez que se alimenta la autoestima y valoración personal de los mismos.
  5. La importancia de tomar en consideración las motivaciones de la gente supone estrategias de trabajo como éstas: partir de lo cotidiano y familiar, utilizar el acercamiento informal y en muchos casos indirecto, acoplar nuestro programa a los ritmos –los tiempos- de las personas –en general, más lentos que los nuestros-, aprovechar los estímulos relacionados con el mundo afectivo (mis recuerdos, lo que sé y puedo aportar, mi lugar dentro mi pequeño mundo)

En una segunda fase de trabajo, partimos de distintos supuestos escenarios de participación para avanzar en la reflexión. Este ejercicio de tratar de bajar a la realidad nos ayuda a ver nuevas perspectivas. A continuación, un resumen de las ideas principales que surgieron:

 

Cuando los escenarios de participación se generan a partir de procesos impulsados por la administración, es necesario explicitar las motivaciones no sólo de la población sino de los promotores (gestores, técnicos). De hecho uno de los obstáculos habituales a la participación es la desconfianza de la población sobre los objetivos reales de estos procesos.

Se destaca el papel fundamental de los facilitadores de los procesos de participación, como agente mediadores, traductores, como puentes entre dos mundos y dos perspectivas de los problemas muy diferentes. Estas personas deben realizar una serie de funciones básicas para el éxito de estas iniciativas, entre ellas:

  • generar motivaciones o hacer perceptibles las existentes;
  • trabajar con las motivaciones de los técnicos y de la población: tenerlas en cuenta, aprovecharlas, potenciarlas;
  • tratar de identificar los intereses ocultos que pueden estar distorsionando los procesos y procurar desvelarlos;
  • dar respuesta a intereses que, sin ser centrales para los objetivos del proceso, no son incompatibles con el mismo;
  • traducir, interpretar la información en distintas direcciones: de la administración a la gente –convirtiendo la información en algo asequible y comprensible- y viceversa –ayudando a la gente a elaborar sus ideas y propuestas, de modo que sean más fácilmente consideradas y asumidas por los técnicos -;
  • buscar puntos de contacto entre los objetivos del proyecto y lo que la gente siente como relevante;
  • identificar minorías activas que puedan tirar del resto;
  • traducir problemas sentidos por la gente en posibles acciones;

También se constata la necesidad de contar con espacios de expresión e intercambio de ideas y de opiniones; espacios físicos -bares, centros sociales, asociaciones ciudadanas- y espacios temporales – excursiones, fiestas, celebraciones-. A menudo se constata que los lugares y los momentos establecidos por los promotores no suelen ser muy eficaces –las convocatorias de reunión muchas veces tienen escasa respuesta-, mientras que los espacios habituales de reunión informal de la gente o las celebraciones festivas, tradicionales u organizadas intencionadamente, son mucho mejor acogidas.

Accesos Directos