Los coordinadores de esta mesa de trabajo fueron: Alfredo Ollero Ojeda. Universidad de Zaragoza. Rafael Romeo García. Comisario de Aguas de la cuenca del Ebro.
Los participantes fueron: D. Ballarín, G. Bastida, J. Bellosta, A.M. Camarasa, J.Elso, E. García Burgos, L. Godé, A. Herrera, C. Ibero, J.P. Martín Vide, D. Mora, B. Mora, M. Sánchez Fabre.
El documento generado puede descargarse en este enlace: mesa de trabajo alteración geomorfológica de los ríos.
Las principales conclusiones de la mesa de trabajo fueron las siguientes:
1. La dinámica y movilidad de los ríos son necesarias para el mantenimiento del buen estado ecológico de los ríos, y en la actualidad se han perdido en gran parte de la red fluvial española debido a las obras de encauzamientos, revestimientos de los cauces así como por el fuerte desarrollo urbanizador. Estas obras han propiciado la ocupación de las llanuras de inundación por urbanizaciones y vías de infraestructura, que ahora demandan mayor rigidez e inmovilidad de los cauces fluviales aumentando el riesgo de las zonas inundables.
2. Han sido frecuentes los trabajos de rectificaciones y dragado de cauces como intervenciones de urgencia o inmediatas a las crecidas de los ríos, sin que se realicen estudios científico-técnicos previos que avalen su conveniencia y detallen su mejor forma de realización.
3. El problema de falta de caudales sólidos en los cauces como consecuencia de una menor llegada de sedimentos a ciertos tramos, debida al control de la erosión en laderas (aumento de su cobertura vegetal y disminución del pastoreo y agricultura de montaña) y en cauces (encauzamientos y revestimientos de orillas), la retención de sedimentos en los embalses y las extracciones de áridos, está generalizado en la mayoría de los ríos españoles y provoca su desequilibrio geomorfológico y numerosos procesos de incisión.
4. Se reconoce la dificultad de mitigar estos efectos en los ríos y el elevado coste que pueden suponer algunas de las alternativas apuntadas, como extraer los sedimentos acumulados en los tramos de las colas de los embalses y verterlos en los tramos de aguas abajo, mitigando el efecto de las presas, recomendando con insistencia evitar los dragados y las extracciones de áridos del cauce.
5. La delimitación del territorio de movilidad fluvial en cada tramo, donde se puedan respetar y conservar la dinámica y los procesos del río, representa una medida necesaria para lograr la restauración ecológica de los ríos y sus riberas. Para ello se proponen diferentes conceptos y procedimientos, aludiendo a la dificultad real de establecer esta delimitación sobre planos, la cual debe estar basada en criterios hidrológicos y geomorfológicos y en las peculiaridades de cada valle y tramo fluvial.
6. Se propone la ordenación del territorio como una herramienta fundamental para abordar la problemática de las zonas inundables. En este sentido se remarca la necesidad de una coordinación entre administraciones y entre las políticas agrarias y forestales, los planes urbanísticos y los de infraestructuras y transportes, así como la conveniencia de enfocar la gestión de los ríos con carácter multidisciplinar, abriendo el abanico del campo de especialización de los técnicos implicados.
7. Una óptima restauración debe llevar asociada una intensa labor pedagógica y de participación, apoyándose en guías metodológicas, por ejemplo.